8 consejos para una depilación con cera adecuada
La cera caliente es una resina derretida que aprisiona el vello, ya sea corto, fino, largo o abundante y lo arranca de raíz. La cera caliente tiene multiples presentaciones, y en algunos casos que hay que fundir. Se aplica en la piel con la ayuda de una espátula de madera o con un roll-on que vierte una dosis de cera. Una vez seca, se arranca con un tirón seco. La cera caliente es la más eficaz, porque el calor abre los poros de la piel y el vello sale con más facilidad.
Sin embargo hay varios concejos que debes tener en cuenta para que tu experiencia valga la pena y rinda frutos:
Al igual que lavarte los dientes para ir al odontologo, prepararte para ir a la depilarte es clave: asegúrate que tu piel esté limpia y seca. Para mejores resultados, el día de la depilación evita aplicarte crema.
CONSIDERA EL LARGO DEL VELLO

Pide tu turno a tu profesional entre las 15 y las 17 horas: entre estas horas, tu umbral de tolerancia al dolor está en su punto más alto. Además, puedes probar tomando algún analgésico previo al tratamiento.
LAS 48 HORAS SON CLAVE
Los dos días después de tu depilación son fundamentales para una recuperación óptima. para esto considera una buena alimentación, buenos hábitos de higiene, y lo mas importante cuida tu piel y mimala.
Cuando te depilas con cera, las capas más exteriores de la piel pueden salirse, lo que aumenta la sensibilidad al sol y las posibilidades de quemaduras o insolación.
EVITA IR AL SAUNA O BAÑO TURCO
Es recomendable, post-tratamiento, evitar el calor extremo. Depilarte puede aumentar la temperatura del cuerpo, por lo que es mejor bajarla con compresas frías y mantenerte alejada de duchas o vapor caliente.
Optá por ropa más bien holgada y telas naturales, como algodón, para que la piel pueda respirar mientras se recupera. También es una buena opción evitar usar tangas, para prevenir irritación adicional.
RELACIONES SEXUALES
Expertos médicos recomiendan abstenerse de tener relaciones sexuales las primeras 48 horas post-depilación, ya que durante este periodo tu cuerpo está más susceptible a bacterias externas. Además, la piel está mucho más sensible (y no de la buena manera).
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