La piel y sus derivados: cabello, uñas y glándulas sebáceas y sudoríparas, conforman un sistema complejo que tiene numerosas funciones, tanto reguladoras, como de defensa.
Entre las principales funciones de la piel está la protección; protege al organismo de factores externos como bacterias, sustancias químicas y temperatura.
La piel contiene melanina, que es un pigmento químico que sirve como defensa contra los rayos ultravioleta que pueden alterar la estructura y función de las células. Otra función importante de la piel es la regulación de la temperatura corporal. Cuando se expone la piel a una temperatura fría, los vasos sanguíneos de la dermis se contraen, lo cual hace que la sangre, que es caliente, no entre a la piel, por lo que ésta adquiere la temperatura del medio frío al que está expuesta. El calor se conserva debido a que los vasos sanguíneos no continúan enviando calor hacia el cuerpo. Entre sus principales funciones está el que la piel es un órgano sorprendente porque siempre protege al organismo de agentes externos.
CUIDADOS
La piel es tan maravillosamente auto-suficiente que podemos llegar a pensar que la tenemos garantizada para siempre o que podemos abusar de ella sin problemas. Pero merece y requiere de cuidados adecuados, principalmente a medida que nos hacemos mayores.
La piel debe mantenerse limpia, pero lavarla excesivamente con jabón la secará, privándola de su lubricante natural: el sebo. El jabón también puede causar reacciones alérgicas. Si eso sucede, debemos elegir algún producto marcado como "hipoalergénico". Los productos hidratantes ayudan a lubricar la piel con una película de emulsión de aceite y agua, y no son absorbidos más allá de la capa más externa de la piel.
El mayor riesgo para la piel es el exceso de luz solar. La exposición excesiva causa no sólo sequedad o quemaduras, sino cambios a largo plazo que pueden provocar envejecimiento prematuro o, incluso, cáncer de piel.
Un amplio espectro de protectores solares con un factor de protección de al menos 15 (30 para niños), bloquea la mayor parte de las dañinas radiaciones ultravioleta. Los protectores solares deben aplicarse antes de ponerse al sol y aplicarlos nuevamente cada dos horas, deben aplicarse generosamente, la mayor parte de la gente no se aplica la cantidad suficiente.
Hay que tener en cuenta que, incluso los productos preparados para resistir el agua, se van con el uso de una toalla.